Welcome!

El mundo está lleno de lugares que nadie conoce... y el hombre, hambriento de curiosidad, intenta descubrirlos. Las palabras que achicharran vuestros ojos desde esta pantalla no hacen otra cosa que perderos, pues hay que perderse para alcanzar los destinos más inalcanzables... de lo contrario, todo el mundo sabría dónde están. Perdéos en el mundo onírico, pues nos veremos al otro lado. Bienvenidos

jueves, 25 de julio de 2013

El Paciente (The Patient)

Mi ayudante me acompañó hasta la sala de espera.
Había sido una operación de siete días que desembocó en fracaso. Todos los del Centro estaban conmocionados, incluido mi jefe, que, además, era la persona a la que nadie le podía superar en ese momento en cuanto a la intensidad de su sentimiento de frustración. Nadie entendía qué había ido mal, pues era la primera vez que se archivaba un fracaso en este tipo de tratamientos.
Su mujer estaba al otro lado de la puerta esperando a tener noticias de su marido. Había sido informada de los riesgos, pero aún así quiso seguir adelante, pues esperanza era lo único que le quedaba. Había llegado la hora de informarle sobre la mala noticia.
Nada más abrir la puerta, pudimos ver mi fiel compañero y yo cómo ella tuvo un atisbo de necesidad de sentarse, tras estar mucho tiempo de pie, pero se reincorporaba de inmediato en cuanto percibió el chirriar de la puerta al área restringida.
          - ¡Oh, por fin, gracias a Dios! - exclamó – Y bien, díganme. ¿Cómo está?
          Esperé a que fuese mi compañero quien hablase, pero en lugar de eso agachó la cabeza.
        - Señora... no sé cómo decirle esto... – conforme iba hablando lentamente, la sonrisa de la señora se desvanecía – pero no hemos podido curar a su marido.
          - Pero... pero... no lo entiendo. ¿Cómo ha podido pasar?
          - Los métodos no surgieron efecto. En cuanto le poníamos delante de sí una comida extranjera, echaba la vista hacia otro lado. Echó a base de peyorativos prejuiciosos a todo conferenciante que venía a hablarle de lo maravilloso que era su país. Cada vez que le sintonizábamos un documental como medida alternativa, cogía el mando a distancia y lo lanzaba contra la televisión. El Centro no nos ha permitido comprar una octava para reparar los daños y asegurar futuros tratamientos. Cada vez que le damos un periódico se va a la sección de pasatiempos y tira el resto por la ventana. Se niega a que lo vean las enfermeras a no ser que tengan un físico atractivo, de lo contrario las abofetea y las echa de la habitación a base de comentarios machistas-
           - ¡DIJERON QUE PODÍAN CURARLE! ¡CONFIÉ EN USTEDES! ¡Díganme! ¿¡QUÉ HA SIDO DE ÉL!? ¿¡DÓNDE ESTÁ!? - acto seguido se puso a sollozar de rodillas en el suelo - ¿Qué ha sido de mi marido?... ¿Cómo está?... ¿Está...?
           Ni mi compañero ni yo nos dimos cuenta, pero su marido estaba detrás de nosotros. Estaba desnudo y no paraba de gritar “¡MUERTE A LOS HOMOSEXUALES! ¡VIVA TEJERO! ¡ARRIBA ESPAÑA! ¿¡PARA QUÉ QUIERO CONOCER EL MUNDO SI TENGO TODA LA CERVEZA BARATA AQUÍ!? ¡ROJOS, PUTOS ROJOS!” mientras cogía un saco de los de donación de sangre y pintaba una esvástica en la pared. Las enfermeras estaban tan frustradas que ni se molestaron en detenerlo.
Fue entonces cuando mi compañero por fin levantó la cabeza y concluyó el diagnóstico.
         - Señora, su marido es subnormal.

jueves, 11 de abril de 2013

La Papelería



- Dime, Milán.
- Sí, ¿qué pasa, Staedler?
- ¿Tú crees que la perfección existe?
- ¡Por supuesto que no! Piénsalo por un momento: por eso existimos los Milán y por eso algunos Staedler o Carioca llevan parte de nuestra genética. La gente comete errores y la calaña como nosotros estamos para corregirlos. No puede existir la perfección. ¿Por qué? ¿Acaso tú lo crees?
- Bueno, yo... piensa en otras familias, piensa en la dinastía Pilot. Ellos, por ejem-
- ¡La dinastía Pilot también tiene una pequeña parte de nosotros! ¡Hasta con ellos se equivocan!
- Yo pensaba que era un mito...
- ¡Todos lo pensaban! Pero te lo digo yo: si los humanos nunca se equivocaran, ¿¡por qué si no nos elegirían a todos nosotros más que al resto!?
- Pero por otro lado, algunos humanos están muy seguros de lo que hacen...
- Sí, esos precisamente son los ingenuos, por eso son tan pringados de contar con los del clan Edding. Son tan pedantes e insoportables, ¡no te los quitas de encima nunca!
- Yo creo que si existen es por algo... quizás hay cosas de las que los humanos puedan estar 100% seguros, si no, ¿cuál sería el sentido de la existencia del clan?
- Complacer a los tontos, ¡eso es para lo único que sirven! Cuando luego se den cuenta del error que han cometido, le echarán la culpa al clan y no a ellos mismos, porque así de idiotas son.
- Lo mismo ocurre con el resto de familias, ¿no es así? Los duques de Bic, los diseñadores Stabilo, los-
- ¡Eh, eh, eh, eeeeh! No te confundas, novato. Los Stabilo son los que ayudan a los humanos a tomar no la decisión absolutamente correcta, sino la menos incorrecta de todas las que hay, son los filtros, por así decirlo, de su agudeza visual.
- Pero entonces, ¿por qué siguen depositando sus confianzas en nosotros si se acercan a la verdad que tanto ansían? Si tan cerca se encuentran de no cometer fallos, ¿por qué no recurren a los Edding?
- Porque los que confían siempre en nosotros son los sabios. Sigue a los que busquen la verdad, pero desconfía de aquellos que aseguran haberla encontrado.
- Tiene sentido lo que dices, Milán.


Publicado en la revista mensual "Pensamientos Misceláneos" en Marzo de 2013.