Welcome!

El mundo está lleno de lugares que nadie conoce... y el hombre, hambriento de curiosidad, intenta descubrirlos. Las palabras que achicharran vuestros ojos desde esta pantalla no hacen otra cosa que perderos, pues hay que perderse para alcanzar los destinos más inalcanzables... de lo contrario, todo el mundo sabría dónde están. Perdéos en el mundo onírico, pues nos veremos al otro lado. Bienvenidos

miércoles, 30 de mayo de 2012

La Hora de la Verdad. (Time for the Truth)

- He de confesarte algo.
- ¿De qué se tra- ¡No me lo digas! ¡LO SABÍA! ¡Ya decía yo que me estabas ignorando mucho últimamente! Pero es algo que no entiendo... si yo soy parte de tu vida...

 Agachó la cabeza y dio un suspiro. Luego respondió:
- Necesito un poco de tiempo... espero que lo entiendas.
- Pero... *snif* pero si yo, yo... pero si justo ahora que estamos de vacaciones y tenemos tiempo para nosotros... ¿cómo has podido?
- No es lo que parece... es solo un tiempo.
- ¿¡Vas a tratarme como un segundo plato!? ¿¡Es que ya no me quieres!?
- ¡Pues claro que te quiero! Es solo que-
- ¿¡Que qué!? ¿¡EH!? ¿¡Cómo se llama!?
- Viso, escúcham-
- ¿¡CÓMO-SE-LLAMA!?
- ... Se llama Pau.
- ¿Gasol? -estalló a carcajadas tras esto.
- Tú y tus coñas de cada momento...
- Es esto lo que te gusta de mí, ¿recuerdas? O por lo menos te gustaba. Ahora explícamelo...
- ... Me hace chantaje.
- ¿Cómo?
- Si no estoy con ella durante dos semanas... va a arruinar mi vida para siempre, y lo sé.
- ¿Tan grave es?
- Solo tengo que dedicarle tiempo... mientras tú-
- ¡No puedes estar diciéndome esto! ¿Qué voy a hacer yo? ¿Hibernar? ¡NOSOTRAS NO HIBERNAMOS!
- ¡Pero no puedo mantenerte! ¡He de dedicarle cada segundo a ella!
- ¿¡Y qué te va a dar ella que no te dé yo!? ¿No lo ves, amor? Yo te doy la diversión que necesitas en cada gota de alcohol, en cada calada de tabaco, en cada segundo de un beso, cada gota de adrenalina en el deporte, cada gramo de concentración en los videojuegos, en cada momento inolvidable, en cada fotografía, cada palabra con tus amigos... Me necesitas como yo te necesito a ti... no podemos vivir el uno sin el otro... ya tenemos suficiente con que el sueño nos separe... no me excluyas por completo... Te necesito despierto y con ganas de mí...
- Lo dices como si no lo supiera... y siempre te estaré agradecido. Te quiero, de verdad. Solo dos semanas, ¿vale? Por favor, Viso...
- Deja de llamarme Viso... resérvatelo para cuando estés ebrio.
- Vale... Por favor, Vida Social.... entiéndelo.
- ... De acuerdo. ¿Solo por esta vez, no?
- Así es.
- Pues gánatela, y dale este mensaje de mi parte: en cuanto acabes con PAU, eres todo mío. Todo mío.
- Te lo prome-....

Pero ya era demasiado tarde, los instrumentos, aparatos electrónicos, pósters, videojuegos, cómics y teléfono desaparecieron antes de que sus palabras fuesen tragadas por el viento del ventilador de la biblioteca.
- ¿Pero qu-
- ¡CÁLLATE!

domingo, 27 de mayo de 2012

Las Alas del Dragón Rojo. (The Red Dragon's Wings)

Alas. Por encima del desierto, desafiando las dunas y el tiempo. Gira para tocar con la punta a gran velocidad el agua de la costa alcanzada. De nuevo los cielos le dan la bienvenida. *Hipervelocidad.

Alas. Es lo único que ven por encima de la bizantina basílica al pasar entre sus 4 torres delgadas... a un lado Asia, al otro Europa, y detrás su destino pasado. *Hipervelocidad.

Alas. Los monos y la gente del teleférico se asustan. Las playas dan sensación de marabunta de hormigas huyendo de su propia reina y el Cristo Redentor siente ganas de volar también... pero no puede. *Hipervelocidad.

Alas atravesando las pirámides del Sol y de la Luna. Los dragones de piedra rugen por su presencia. *Hipervelocidad.

Alas comparándose con los aviones. El tráfico aéreo se descontrola. 6 horas de huelga por miedo y terror. La Catedral sobre el río amenaza a la bestia con su aguja. ya que sus torreones no imponen más que el resentimiento del trabajo inacabado. *Hipervelocidad.

Alas cruzando la Plaza Roja, fuentes aseguran que se trataba de una bola de fuego atravesando la nieve del aire. *Hipervelocidad

Alas camufladas por la magia de la pirotecnia, mientras veía a sus semejantes dando vida a las personas... sin embargo, aquellos habían perdido sus alas. *Hipervelocidad

Las nubes distorsionan la vista de la bestia alada. Y mientras gana altitud para poder dislumbrar las estrellas y las grandes Alas del Dragón Rojo a las que idolatra, la Tierra descarga su ira en una pizca de segundo, derrumbando todas las cosas que fueron esparciéndose por el mundo, cayendo en forma de privilegios y de conocimiento de la vida. Aquel ente caía mientras el sonido del trueno llegaba a ninguna parte de alrededor. Pues ni las ballenas podían creer que aquello que había estado asustándolos cayese ante seres tan diminutos como los humanos. *Hipervelocidad en picado

La gran bola de fuego y humo con sus alas desprendidas creaba la apariencia de una estrella fugaz mientras el tono rosado del cielo disipaba las nubes. Eran dos soles, dos luces iluminando las mentes ignorantes de la humanidad. El dragón del conocimiento había sido abatido por un rayo tras seguir su rumbo por El Cairo, Estambul, Río, Teotihuacán, París, Moscú y La Ciudad Prohibida de Beijing.

Y mientras el Sol volvía a ser lo único que iluminaba a las personas, las Alas del Dragón Rojo desaparecieron del cielo.... para siempre.


miércoles, 23 de mayo de 2012

El brazo fantasma. (The Ghost Arm)

   El cielo se resquebrajó como un cristal... y no pasó mucho hasta que los vientos aceleraron. Aquella brecha parecía, vista desde frente, como mirar dentro de un lago cristalino: no sabías cómo de profundo era y el sentido de la distancia te engañaba. De su interior salió un brazo fantasmal que cortaba montañas, atravesaba arbustos e ignoraba a las personas... todas menos a mí.

   Fue solo un instante. Aquel brazo me atravesó el pecho y siguió su trayectoria sin rumbo alguno. Pero ocurrió algo extraño: las arterias y las venas sentían tirones que mandaban la sangre al único lugar al que se podían refugiar: la cabeza estaba a punto de estallarme, y más la cara, que roja se volvía mientras el brazo apretaba mi corazón alejándose de mi cuerpo alcanzando la velocidad de un pájaro huyendo de una explosión. Y es que cada latido venía con su sístole, diástole y onda expansiva.

    Y desde entonces, cada noche, el brazo se tambalea kilómetros hacia un lado y hacia el otro... haciendo que las estrellas tiemblen y que las montañas se derrumben ante sus pilares. Que los mares griten furiosos y desafiantes contra los barcos de los solitarios y que las nubes alcancen una rapidez similar a la de un cometa.

El brazo hace de comba entre la brecha y el infinito. Y yo caigo cada vez en aquel lago, sumergiéndome en el más profundo de los sueños del que uno no distingue lo real de lo onírico.

Y menudas garras tiene.

Diálogo en plena cara. (Dialogue in full face)

- ¿A qué viene esa cara tan larga?
- ¡No tengo cara! ¡No seas idiota!
- Pero siento tu tristeza desde aquí detrás.
- Soy efímera de por sí, ¿vale? Mi existencia se reduce a minutos, tal vez horas, pero nunca paso del día...
- Es lo que tiene.
- ¿Sabes? Te envidio
- ¿¡Qué!? ¿Cómo puedes decir eso?
- No tienes que preocuparte de que te lastimen, o de que te mojen, sea con agua o con saliva y ade-
- No tienes ni idea de lo que estás diciendo. ¡Eres el centro de atención! Mientras tanto yo soy un estorbo sin público... todos me miran mal y me acusan de provocar enfermedades.
- Porque el que te puso sería inexperto.
- ¡¡Inexperto por no decír MANAZAS!!
- Pero resistes mucho más que yo...
- No estés triste... no llores
- ¡Que no puedo llorar, no tengo ojos!
- Sí que los tienes... por ahora.
- Ay, deja de recordármelo.
- Lo que daría por tener ojos.
- Y sin embargo me ves.
- No te veo, te siento.
- No quiero separarme de ti...
- Ya es tarde.

(se abre el grifo)

- ¡NOOOOOOOOOO!
- Adiós, calcomanía.
- Adiós... piercing. cof cof*
- ¿¡QUERÉIS CALLAROS LOS DOS!? ¡Que mi madre me va a pillar y no quiero parecer una yon-
- Cierra la puta boca y méteme en el puñetero cajón de una jodida vez o seré yo el siguiente.

martes, 22 de mayo de 2012

Envuelto en llamas. (Up in flames)

   Siempre supe que mi vida sería insignificante, hasta tal punto de que yo mismo iba a terminar así. Desde que me uní a mis semejantes como si fuese pegamento lo que hay entre nosotros. Nuestro primer dueño nos maltrataba estampándonos pelotas a gran velocidad. Muchos hermanos míos murieron y no dejo de llorar la pérdida. Pero nos salvamos el día que nuestro dueño tuvo un accidente y ya no puedo maltratarnos más... ni a nosotros ni a las pelotas. Nos vendió lleno de rabia y angustia.
  
   El segundo dueño no era mejor, que digamos: nos cortaba la piel, ya que la gente le pagaba por ello. Fue una masacre. Ahí perdimos a muchos más hermanos y los pocos que quedábamos fuimos separados en grupos. Mi grupo fue concebido para acoger a un grupo menor de otros que estaban igual que nosotros: arrancados de sus familias, cortados, moldeados y con impurezas de color en su interior. Entonces nos contaron que a ellos los masacraba con un cuchillo ya que no tenía ningún artilugio mejor.

   Aquel grupo fue menguando con el tiempo. Cada vez perdía más hermanos, pero también perdían impurezas... fueron llegando nuevos grupos hasta que empezaron a contagiarnos las impurezas en nuestro interior. Quedábamos mancillados, contaminados y cada vez lucíamos peor. No nos cuidaban ni tampoco a los demás. El dueño los usaba cuando él quería para que hiciesen cualquier trabajo relacionado con usar sus desperdicios, y cuando no los asomaban, los torturaba para que saliesen a la luz de nuevo.

   Esta situación se repitió durante dos años hasta que nos abandonó... una persona misteriosa nos recogió en el contenedor de la basura. Nos lavó, nos cuidó y nos limpió. Nos limpió de todo lo que nos había pasado antes. Los pocos que quedábamos nos sentíamos con suerte, hasta que empezó a hacer lo que hizo el otro... cortarnos. Perdí a la mitad de mis hermanos una vez más, pero aún quedábamos unos pocos... Tres de ellos fueron apuñalados por un eje de metal... Nunca recogió los cadáveres. Los dejó junto a nosotros para que aprendiésemos...

   Y hoy, 23 de junio, vemos nuestro fin entre las llamas. Hemos sido bate de béisbol, lapicero y llavero.

   Ser astilla no es fácil en esta vida.

La Timba Neurótica. (The Neurotic Poker Hand)

   Era demasiado tarde. Ya empezaba a ver cosas que sabía que estaban ahí, pero que yo no debía verlas, porque aquello implicaba perder todo rumbo en la vida que tuviese. Y sin embargo ahí estaban aquellos martillos diciendo "MILWAUKEE, MILWAUKEE!!" y golpeándose entre ellos hasta que cayó uno de los dos al suelo y empezó a llenarse de un líquido que parecía ser aceite. No pasó ni medio segundo cuando el otro martillo exclamó:
    - ¡Santo Estofado de Imbécil! Los alicates no tienen aceite, ¡sino remolacha! -maldecía una y otra vez mientras se colocaba de nuevo su sombrero de cuero del que se oía el cantar de un cucú amarillo; entonces, con sus manos humanas de seis dedos abrió la puerta del bar y desapareció en la oscuridad.
   No tenía ni idea de lo que estaba pasando. Solo sé que los lápices a los que les estaba sacando punta en ese momento para calmar los nervios estaban empezando a chorrear sangre. Me dolían los lápices, y mucho, como si fuesen mis dedos. Los gusanos de mi cara empezaban a introducirse en mis órbitas; mis piernas no me respondían, pero las ruedas sí (qué extraño, se supone que las ruedas las mandé a reparar esa misma mañana), y empecé a recorrer el bar oyendo risas y sintiendo como mis bolsillos se llenaban de cerveza licuada con moras.
   - ¡No pensé que fueses a ser más payaso de esta manera! -gritó el camarero Illianov mientras soltaba una carcajada que siguieron todos los demás- ¡Si lo hubiera sabido, te habría animado a jugar mucho antes!
    Y mientras una mujer vestida de gato me abría la puerta y me ayudaba a atravesarla -me había atascado con la cadera, o más bien ancla, de 2 metros de ancho- blasfemaba contra todo aquel que se riese a mis espaldas. Les juré que volvería al día siguiente a reclamar lo que es mío.
   Aquel póker de reinas de Edward Glowstone arruinó mi noche. Es la última vez que apuesto mi cordura en una partida.