Welcome!

El mundo está lleno de lugares que nadie conoce... y el hombre, hambriento de curiosidad, intenta descubrirlos. Las palabras que achicharran vuestros ojos desde esta pantalla no hacen otra cosa que perderos, pues hay que perderse para alcanzar los destinos más inalcanzables... de lo contrario, todo el mundo sabría dónde están. Perdéos en el mundo onírico, pues nos veremos al otro lado. Bienvenidos

domingo, 14 de octubre de 2012

Estúpidos Proyectiles (Bollocks for Ammunition)

El sonido de la hoja de arce deslizándose por la mesa al entrar por la ventana hizo que Matthew se sobresaltara, haciéndole salir de su humilde trance, mientras la luz rosada y anaranjada de los últimos momentos de la tarde impactaban contra su rostro. Sin embargo, el olor a pino húmedo tras la lluvia aún seguía presente en la aireada atmósfera de la habitación.

Observando el nuevo entorno al que, tarde o temprano, tendría que acabar de acostumbrarse, Matt reflexionaba como si no se le hubiese asignado ninguna otra labor entre aquella masa cósmica de ignorancia, hostilidad y tensión. ¿Seguro que aquél era su lugar? ¿Realmente el destino es lo que lo ha impulsado a empezar tal revolución? Si hay algo de lo que realmente estaría lleno ahora mismo esa noche, pues no había cenado, eran dudas, pero sobre todo miedo, mucho miedo:

- Pero... ¿y si no lo consigo? ¿Y si caigo abatido por tal cantidad de clichés de cobertura? ¿Y si acabo derribado por un francotirador que usa estupideces como munición? Y, en todo caso, en el caso de que fuese capaz de escapar y evitar alguno, ¿quién no asegura que podría ser otro el que finalizase la tarea?
- ¿Realmente te ves capaz de sucumbir?

El sobresalto fue tremendo, no lo vamos a negar, y menos con el cielo ya oscurecido, o al menos así estaba hasta que el destello rojo irrumpió en aquella luz artificial que los caminantes llamaban “noche”. Ahora la Vía Láctea era lo que menos resaltaba entre tanto destello rojizo; parecía un manto en forma de W invertida (no es una M, no es lo mismo). El pecho le empezó a doler, y notó cómo aquella mística fuerza le tiraba otra vez. De pronto, una tercera voz tomó el turno de palabra.
- ¿Acaso has olvidado lo que has venido a hacer? ¿Lo que quieres ser, lo que quieres hacer y cómo planeas conseguirlo? ¿Has olvidado cuál es tu mayor miedo?
No fueron gotas, ni torrentes, ni mares lo que las lágrimas de Matt llegaron a crear en aquella habitación de la colina, pero sí la determinación consecuente... Un tambor masivo que hizo que se girase sobre sí mísmo para poder ver la guitarra que estaba detrás suya.

- Tienes muchas armas para conseguirlo, Shrider, pero sin duda, la más poderosa de todas es tu palabra. Puedes cambiar la vida de muchas personas que realmente lo necesitan. No todos te lo agradecerán, de hecho, te tomarán por loco, pero alguien tiene que hacerlo. Que no te arrastren, no les creas cuando digan que “las cosas son así”, porque no lo son, mi vida. ELLOS las han hecho así, y es hora de que tú cambies las cosas, porque si tú no lo haces, ¿quién de los caídos crees que lo hará? Cada vez hay más y su dolor es mayor. Debes hacer algo.

- Es tu destino, Shrider -respondió la otra voz-.

Al fin, tras un momento de vacilación, Matt agarró su guitarra, salió al pasillo, y, a la vez que el resplandor rojo iluminaba el oscuro pasillo abarrotado de explosiones y confusión, gritó lo suficiente como para que aquel brazo espectral que tiraba de su pecho y aquella silueta rojiza le pudiesen oír... tanto que media ciudad de Granada tuvo que taparse los oídos:
- ¡NO SOY TRAVIS MARSHALL! PERO JURO POR LO QUE MÁS AMO EN ESTE MUNDO QUE, AUNQUE NO PUEDA CAMBIAR EL MUNDO, EL MUNDO NO ME CAMBIARÁ A MÍ! ¿¡ME HABÉIS OÍDO!?


Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario