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El mundo está lleno de lugares que nadie conoce... y el hombre, hambriento de curiosidad, intenta descubrirlos. Las palabras que achicharran vuestros ojos desde esta pantalla no hacen otra cosa que perderos, pues hay que perderse para alcanzar los destinos más inalcanzables... de lo contrario, todo el mundo sabría dónde están. Perdéos en el mundo onírico, pues nos veremos al otro lado. Bienvenidos

sábado, 2 de junio de 2012

Bienvenido a Sanitarium. (Welcome to Sanitarium)

   Durante 5 años no había acontecido nada en la villa de Sanitarium. Los minúsculos ácaros que la habitaban se habían acostumbrado a la tranquilidad sin que ninguna catástrofe azotase a la población. Los pueblerinos, tras el primer año sin terremotos ni desprendimientos, habían empezado a celebrar El día de la Tranquilidad para agradecerles a los dioses un año más de paz. No tenían ningún problema de supervivencia -savo por el envejecimiento de su hogar-: tenían luz, tenían calor, tenían comida, tenían un sistema, hogares, viviendas, turismo y hasta sus propias tradiciones.

   Los sanitas pasaban el tiempo contando sus aventuras, ya que, nunca mejor dicho, allá donde los llevase el viento sufrían todo tipo de odiseas. Los más conocidos en  la villa eran Caprácnico y Sélfido, quienes habían viajado juntos desde una escoba hasta Sanitarium pasando por estanterías, teclas de piano, cepillos de dientes, partes de arriba de los armarios e incluso las pesas del hijo de la casa, quien sufría sobrepeso desde hacía varios años. Contaban y relataban las veces en las que a la madre dueña del hogar se le ocurría abrir las ventanas y hacía que muchos hermanos y amigos de Sanitarium se perdiesen en la oscuridad de las noches de verano, o la catástrofe del Huracán Katrina en 2005, el cual fue tan catastrófico como una Era Glacial. Aquello supuso el fin y el principio de una nueva civilización en aquel dúplex de Nueva Orleans.

- Realmente fue horrible... -decía Sélfido- Ni siquiera las motas de polvo de las camas eran suficiente refugio al que agarrarse. Salieron volando como si nada. -las caras de los mini-sanitas estaban impactadas por la odisea que estaba relatando Sélfido, mientras que Caprácnico asentía con aire de empatía y comprensión, pues todo lo que había sufrido, lo había sufrido con él- ¡Pero dejémonos de dramas, feliz Día de la Tranquilidad!
- ¡Feliz Día de la Tranquilidaaaad! -respondía la aldea.
   Pero no pasó ni un minuto hasta que la puerta del desván se abrió. Jimmy Stone había entrado en la sala y una brisa azotaba las viviendas de la ciudad de Sanitarium. Jimmy agarró el planeta entero de los ácaros y empezaron a sentir los seísmos.

- ¡ALERTA DE NIVEL ALFA 10-64! -decía Shrider, el experto en catástrofes y Seguridad Nacional de la aldea- ¡TENEMOS UN CASO DE SEÍSMO DE 17.3 GRADOS EN LA ESCALA DE TENNOSUKE! ¡NOS HA COGIDO Y NO PODEMOS HACER NADA! ¡VOLVED A LA CASA, AGARRÁOS A TODO LO QUE PODÁIS!

   Los ácaros eran rápidos refugiándose, pero Sanitarium destacaba por sus medidas de seguridad. El país tenía forma de línea recta que nunca llegaba hasta un final, pero aquella zona era muy inestable, por lo que los protocolos sobrepasaban lo que las otras ciudades conocidas de la casa (Cánvel, Zumman y Nekrosya) llamaban -u osaban llamar- "precaución".

- Nunca debí dejarte abandonada. -fueron las palabras que hacían temblar el país entero provenientes de la boca de Jimmy- Sé que he tenido muchas cosas que hacer, pero ahora que por fin he alcanzado mis sueños, puedo volver a agarrarte y disfrutar de ti todo lo que siempre he deseado, como antes... te he echado de menos. Eres parte de mi personalidad... y ahora voy a recuperarla.

   Un chispazo. Un chispazo fue lo que la mitad de la aldea sintió en cuanto Jimmy se dispuso a dar el golpe final a la vida de millones de sanitas que habían estado viviendo allí durante 5 años.
- ¡SUBID A LOS TEJ- 

*¡CHASS!

   No alcanzó a pronunciar Shrider sus últimas palabras. Estaba electrocutado, y solo los ácaros más pequeños y ágiles se habían salvado por los pelos, pero el seísmo fuerte estaba a punto de llegar. Justo antes de que Sanitarium viese su final y saltase por los aires, Chivo, el pequeño de la villa, suspiró y susurró:
- Supongo que mi bisabuelo se refería a esto cuando dijo que el origen de la villa es una canción... 

   El primer Mi de Jimmy en 5 años sacudió el polvo de la sexta cuerda: el país más tranquilo de aquel duplex de Nueva Orleans vio su final ese día.

2 comentarios:

  1. Bueno, vamos a empezar a decir un par de cosillas xD
    - Lo de "sobrepeso desde años atrás" no se si esta bien escrito, creo que es mas correcto decir "sobrepeso dese hacia años" o algo asi.
    - ¿Seguro que pueden haber ácaros en la cuerda de una guitarra electrica?
    - Esto si es un fallo gordo, cuando se conecta una guitarra las cuerdas no se electrifican xD sino te electrocutarias tu tambien

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  2. Respondo a tus comentarios como autor del relato ;)

    Primero: lo del sobrepeso está corregido: gracias.

    Segundo: Los ácaros viven en las telas y sobre todo en las motas de polvo, y una guitarra en un desván rodeado de trastos viejos sin ser tocada durante 5 años tiene sus cosas, vivas o muertas.

    Tercero: Las cuerdas conducen una corriente MÍNIMA de muy, pero que muy poquísimos voltios, por eso cuando algo las toca se oye en el amplificador un sonido similar a cuando tocas con el dedo la punta del cable de un altavoz y se oye "ñiiiiin ZZZzzzZZZ" en el mismo. He hecho que, como son tan chiquitajos, les afecte xD

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