Welcome!

El mundo está lleno de lugares que nadie conoce... y el hombre, hambriento de curiosidad, intenta descubrirlos. Las palabras que achicharran vuestros ojos desde esta pantalla no hacen otra cosa que perderos, pues hay que perderse para alcanzar los destinos más inalcanzables... de lo contrario, todo el mundo sabría dónde están. Perdéos en el mundo onírico, pues nos veremos al otro lado. Bienvenidos

martes, 22 de mayo de 2012

Envuelto en llamas. (Up in flames)

   Siempre supe que mi vida sería insignificante, hasta tal punto de que yo mismo iba a terminar así. Desde que me uní a mis semejantes como si fuese pegamento lo que hay entre nosotros. Nuestro primer dueño nos maltrataba estampándonos pelotas a gran velocidad. Muchos hermanos míos murieron y no dejo de llorar la pérdida. Pero nos salvamos el día que nuestro dueño tuvo un accidente y ya no puedo maltratarnos más... ni a nosotros ni a las pelotas. Nos vendió lleno de rabia y angustia.
  
   El segundo dueño no era mejor, que digamos: nos cortaba la piel, ya que la gente le pagaba por ello. Fue una masacre. Ahí perdimos a muchos más hermanos y los pocos que quedábamos fuimos separados en grupos. Mi grupo fue concebido para acoger a un grupo menor de otros que estaban igual que nosotros: arrancados de sus familias, cortados, moldeados y con impurezas de color en su interior. Entonces nos contaron que a ellos los masacraba con un cuchillo ya que no tenía ningún artilugio mejor.

   Aquel grupo fue menguando con el tiempo. Cada vez perdía más hermanos, pero también perdían impurezas... fueron llegando nuevos grupos hasta que empezaron a contagiarnos las impurezas en nuestro interior. Quedábamos mancillados, contaminados y cada vez lucíamos peor. No nos cuidaban ni tampoco a los demás. El dueño los usaba cuando él quería para que hiciesen cualquier trabajo relacionado con usar sus desperdicios, y cuando no los asomaban, los torturaba para que saliesen a la luz de nuevo.

   Esta situación se repitió durante dos años hasta que nos abandonó... una persona misteriosa nos recogió en el contenedor de la basura. Nos lavó, nos cuidó y nos limpió. Nos limpió de todo lo que nos había pasado antes. Los pocos que quedábamos nos sentíamos con suerte, hasta que empezó a hacer lo que hizo el otro... cortarnos. Perdí a la mitad de mis hermanos una vez más, pero aún quedábamos unos pocos... Tres de ellos fueron apuñalados por un eje de metal... Nunca recogió los cadáveres. Los dejó junto a nosotros para que aprendiésemos...

   Y hoy, 23 de junio, vemos nuestro fin entre las llamas. Hemos sido bate de béisbol, lapicero y llavero.

   Ser astilla no es fácil en esta vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario